En su libro Ángel Honorio Roffo. Una vida dedicada al estudio y tratamiento del cáncer el doctor Sebastián Lucas Faiad recorre con minuciosidad la vida y la obra del principal referente y pionero de la oncología argentina moderna. No se trata de una simple biografía sino más bien de una obra que aborda la vida de una personalidad como la de Roffo desde tres perspectivas diferenciadas: como médico, como investigador y como ser humano.
Prologada por el académico Roberto Pradier y con comentarios de los académicos Abel Agüero, Federico Pérgola y Manuel Martí, esta obra tiene un gran mérito: rescatar el valor histórico de los trabajos científicos realizados por Roffo y traerlos al presente, valorando en todo momento su aporte a la especialidad. Esta lectura de las producciones en clave histórica que realiza el doctor Faiad tiene como resultado –y no como propósito– la apertura de un acervo académico tan rico como ignoto.
El primer capítulo está centrado en la valoración de la figura de Roffo en el marco de la medicina argentina, al destacar su impronta innovadora. Allí describe el método de trabajo adoptado para el estudio y tratamiento de la enfermedad, la experimentación. Este método, con una “fuerte impronta empírica”, utilizaba diversos procedimientos, tales como injertos de tejidos, estímulos irritativos, cultivos celulares, empleo de sustancias químicas, etc. “Antes de la consolidación de la experimentación, el abordaje y el tratamiento de la enfermedad era hecho por algunas especialidades específicas, como la anatomía patológica o la cirugía, por ejemplo”, asevera el autor. El desarrollo del método experimental logró sistematizar el estudio del cáncer, otorgándole una entidad propia que sentará las bases para la consolidación de la oncología como especialidad médica en las décadas siguientes.
El segundo capítulo comienza con la exposición de algunos datos biográficos que sirven para situar al lector en el contexto. Allí son relevados los primeros trabajos de investigación de Roffo: “el punto de convergencia de estas primeras investigaciones es la certeza de que la transformación celular producida por el cáncer estaba vinculada a la teoría celular”, señala Faiad. Este indicio es sumamente representativo para toda la investigación desarrollada a posteriori, es el punto de partida. Las obras más conocidas –y otras no tanto– son abordadas en los apartados que siguen con gran rigor analítico. Así, nos encontramos con una minuciosa descripción de distintas producciones influyentes en la historia de la oncología argentina, tales como su tesis doctoral, titulada El cáncer. Contribución a su estudio (1909), Cáncer Experimental (1912) y otros trabajos en los que expone la acción carcinogénica de sustancias como el tabaco o el papel del sol en el desarrollo del cáncer.
El tercer y último capítulo da cuenta de su infatigable labor en el área asistencial, desarrollada en el Instituto de Medicina Experimental para el Estudio y Tratamiento del Cáncer, que hoy lleva su nombre (Instituto de Oncología Ángel H. Roffo). El autor proporciona una vasta descripción sobre los orígenes de esa institución, cuya creación se remonta a 1922, y también sobre todas sus áreas, incluyendo no sólo la asistencial, sino también la académica. Destaca, por ejemplo, que por iniciativa del doctor Roffo se creó allí la Escuela de Nurses (1924), un importante paso en la profesionalización de las enfermeras. También allí se impartió el primer curso oficial de posgrado de Cancerología avalado por la Universidad de Buenos Aires en 1940. La exposición se cierra con un breve apartado dedicado al alejamiento definitivo del doctor Roffo de la institución a mediados de la década del cuarenta, pasando por alto los detalles de esa circunstancia. Como señala el autor, “consideramos innecesario profundizar en aspectos que poco tienen que ver con el espíritu científico que guió los destinos de la institución durante casi cuatro décadas”. Se trata de una decisión acertada, sin lugar a dudas.
El libro concluye con la certeza de que sería posible “seguir relatando experiencias y anécdotas sobre la vida del doctor Roffo o continuar describiendo su fecunda producción académica”, pero no es su propósito. Esta particular biografía ha aspirado, por un lado, a retratar al hombre, al médico y al científico y por otro, a revalorizar su papel en la oncología argentina. Porque no debemos perder de vista que la utilización del método experimental en la investigación oncológica, ahora naturalizada, fue uno de los grandes legados del doctor Roffo.
Breve biografía del autor
Sebastián Lucas Faiad (1974) es médico egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y doctorado en esa misma casa de estudios. Finalizó su formación médica en el Hospital Dr. Cosme Argerich de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde obtuvo el título de Especialista en Oncología Clínica en la Universidad del Salvador. También es Magister en Investigación Clínica Farmacológica de la Universidad Abierta Interamericana. Se dedica a la investigación histórica del cáncer. El libro Ángel Honorio Roffo. Una vida dedicada al estudio y tratamiento del cáncer (2012) es su primera obra y está basado en su tesis doctoral. Actualmente se encuentra trabajando en una investigación sobre la historia de la oncología en la Argentina.